jueves, 27 de mayo de 2010

FÁBULAS (TRABAJO DE LITERATURA INFANTIL)

Por si no encuentran apólogos breves pueden consultar las Fábulas en verso castellano de Juan Eugenio Hartzenbusch, como las siguientes, (haz click aquí):


XIII - Las espigas
La espiga rica en fruto
se inclina a tierra;
la que no tiene grano,
se empina tiesa.

Es en su porte
modesto el hombre sabio,
y altivo el zote.

La zorray el busto
Dijo la zorra al busto,
después de olerlo:
"Tu cabeza es hermosa,
pero sin seso."
 
Como éste hay muchos
que, aunque parecen hombres,
sólo son bustos.
 
También pueden consultar a otros autores como Félix María Samaniego (aquí).

Las moscas

A un panal de rica miel
dos mil moscas acudieron,
que por golosas murieron
presas de patas en él.
Otra dentro de un pastel
enterró su golosina.

Así, si bien se examina,
los humanos corazones
perecen en las prisiones
del vicio que los domina.

Tomás de Iriarte también (aquí) o Miguel Agustín Principe (como la siguiente que les conté)

El lavatorio del cerdo
En agua de cColonia,
bañaba a su marrano Doña Antonia,
con empeño ya tal, que daba en terco;
pero a pesar del afán tan obstinado,
no consiguió jamás verle aseado,
y el marrano en cuestión fue siempre puerco.

Es luchador contra el sino
con que vienen al mundo ciertas gentes,
querer hacerlas pulcras y decentes:
el que nace lechón muere cochino.

Las parábolas ya saben donde las encuentran, pero aquí les dejo unas citas:
Mt. 13
Mt. 10
Mt. 34
Mc. 4
Mc. 11
Lc. 8:4
Lc. 15:4
Lc.16
Y esta que me gusta, pero es un tanto larga.

Parábola
de Antonio Machado
         I
Era un niño que soñaba
un caballo de cartón.
Abrió los ojos el niño
y el caballito no vio.
Con un caballito blanco
el niño volvió a soñar;
y por la crin lo cogía...
¡Ahora no te escaparás!
Apenas lo hubo cogido,
el niño se despertó.
Tenía el puño cerrado.
¡El caballito voló!
Quedóse el niño muy serio
pensando que no es verdad
un caballito soñado.
Y ya no volvió a soñar.
Pero el niño se hizo mozo
y el mozo tuvo un amor,
y a su amada le decía:
¿Tú eres de verdad o no?
Cuando el mozo se hizo viejo
pensaba: Todo es soñar,
el caballito soñado
y el caballo de verdad.
Y cuando vino la muerte,
el viejo a su corazón
preguntaba: ¿Tú eres sueño?
¡Quién sabe si despertó!

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